El 21 de marzo de 2025, la empresa inmobiliaria japonesa Open House dio un paso más hacia la adopción de criptomonedas al anunciar que aceptará XRP, SOL y DOGE como medio de pago para la compra de propiedades en Japón, con un enfoque especial en compradores internacionales. Esta decisión amplía su soporte previo a BTC y ETH, y refleja un compromiso más firme con las transacciones inmobiliarias basadas en cripto.
Con este cambio, los holders de criptomonedas en todo el mundo ahora tienen más facilidad para acceder al mercado inmobiliario japonés, que empieza a abrirse a la comunidad global de Web3. Criptos como XRP y SOL, conocidas por sus transacciones rápidas y de bajo costo, son ideales para operaciones de alto valor como la compraventa de propiedades. Y la incorporación de DOGE muestra una mentalidad abierta y flexible, alineada con las tendencias emergentes del mercado.
Cripto e inmuebles — ¿Qué viene después?
Esto no es solo una jugada para atraer titulares. Representa un cambio más profundo en el uso de las criptomonedas: ya no se trata solo de inversión o especulación, sino de aplicaciones prácticas en el mundo real como pagos, transferencias internacionales y adquisición de activos.
El sector inmobiliario ha sido históricamente tradicional y lento, con procesos burocráticos que consumen tiempo. La cripto puede revolucionarlo, aportando velocidad, transparencia y acceso global. En un futuro cercano podríamos ver títulos de propiedad basados en smart contracts, transferencias automatizadas de propiedad, e incluso NFTs que representen inmuebles como parte del proceso de compraventa.
¿Un efecto dominó en otras industrias?
Si los pagos con criptomonedas se consolidan en el sector inmobiliario, otros sectores de alto valor podrían seguir el mismo camino:
automóviles, bienes de lujo, educación internacional, seguros, turismo médico, entre otros.
En regiones como Asia y Medio Oriente, donde la riqueza basada en cripto sigue creciendo, la expansión de estas opciones de pago ofrecería mayor libertad y flexibilidad financiera.
Por supuesto, aún hay desafíos regulatorios y fiscales. Algunos países imponen límites al uso de cripto para comprar propiedades, y armonizar estas innovaciones con los marcos legales existentes será una tarea clave en los próximos años.
Pero el impulso parece imparable. La tecnología está reconfigurando la regulación, y el mercado exige adopción. Con el tiempo, la cripto no será solo un activo: podría convertirse en infraestructura, integrada de forma natural en nuestra vida cotidiana y en el comercio global.
Lo que ha hecho Open House es mucho más que una simple actualización de servicios. Es un paso concreto hacia un futuro en el que las criptomonedas no solo formarán parte de las finanzas, sino también de la forma en que vivimos.