El 20 de marzo de 2025, el presidente Donald Trump subió al escenario en una importante cumbre de criptomonedas celebrada en Estados Unidos y presentó una audaz estrategia nacional para los activos digitales. Durante años considerado un escéptico, su nueva postura firme y proactiva sorprendió a muchos en la industria, generando una mezcla de curiosidad y optimismo cauteloso.
Una frase de su discurso resonó con fuerza:
“Reservas estratégicas de activos digitales.”
Trump recalcó la importancia de que EE. UU. posea activos como Bitcoin y otras criptomonedas líderes a nivel nacional, y declaró sin rodeos:
“Nosotros no vamos a vender, como hizo Biden.”
Este comentario fue interpretado ampliamente como una crítica directa a la venta de Bitcoin reportada por la administración anterior en 2024, y marcó un cambio claro de rumbo en la política cripto del país.
También se refirió al creciente papel de las stablecoins:
“No vamos a detener el crecimiento de las stablecoins… pero sí necesitan reglas,” afirmó, anunciando que su administración está desarrollando un marco regulatorio claro y transparente.
Esto podría tener un impacto significativo en proyectos como RLUSD de Ripple, USDC y DAI, ofreciendo mayor confianza tanto a empresas como a inversores que operan en este espacio.
Trump reafirmó su visión de hacer que Estados Unidos sea el centro global de la innovación cripto, prometiendo:
Apoyo a startups Web3
Impulso a la tokenización de activos del mundo real (RWA)
Revisión del sistema tributario actual aplicado a las criptomonedas
Estas iniciativas podrían complementar los avances ya en marcha, como empresas cripto que buscan licencias bancarias o emiten stablecoins, y podrían incluso acelerar estas tendencias.
Al hablar con la prensa tras su intervención, Trump comentó:
“Con el caso Ripple-SEC finalmente resuelto, el panorama financiero de Estados Unidos ha dado un paso adelante. Ahora es el momento de fijar el estándar global.”
Sus palabras reflejan una creciente conciencia sobre el papel estratégico de las criptomonedas en la competitividad global de EE. UU.
Lejos de ser un simple acto político, las declaraciones de Trump podrían indicar un compromiso real por reposicionar a Estados Unidos como líder mundial en activos digitales.
Si esa visión se concreta o no, dependerá de los próximos pasos. y de cómo esas promesas se traduzcan en políticas concretas y acciones reales.
